Cada semana analizamos casos de empresas que han conquistado el mundo. En esta ocasión veremos como Rolex se convirtió en el rey de los relojes de lujo.
Como llegó a ser lo que es hoy por hoy, las estrategias que utilizaron, los desafíos que tuvieron que superar y si continúas leyendo hasta el final aprenderás que depara el futuro para esta inspiradora empresa.
Pregunta rápida: ¿Te gustaría tener un reloj Rolex? Son hermosos, ¿verdad que si?
Con una gran variedad de marcas de relojes lujosos, ¿Cómo es que Rolex logró mantenerse a lo largo de los años entre una de las marcas de relojes lujosos más vendidas? Muchos dirán que si no tienes un Rolex no eres un apasionado por los relojes.
La empresa tiene su sede en Ginebra, Suiza. Cuenta con tiendas en más de 100 países, aproximadamente 2800 empleados y tiene un ingreso anual de aproximadamente 7.400 Millones de dólares.
Según Forbes, Rolex está rankeada entre las 100 empresas más valiosas del mundo, valuada en 9.3 Billones de dólares. Rolex es considerada una marca prestigiosa, y las personas compran sus relojes por sus elegantes diseños y calidad.
Con competidores como Omega, Louis Moinet o Patek Philippe, Rolex ha tenido que mejorar e innovar constantemente para sobresalir, poniendo a la venta nuevos y exclusivos diseños de forma regular. Pero hechemos un vistazo a como Rolex obtuvo su corona.
Los Inicios de Rolex
Nacido en Alemania en 1881, Hans Wilsdorf fue el segundo de tres hijos, tuvo una infancia complicada. Su madre murió cuando era apenas un niño, y algunos años después también perdería a su padre. Quedando huérfano a la edad de tan sólo 12 años.
El destino de Hans quedó en manos de sus tíos, quienes cuidaron de él y sus hermanos. Junto a sus hermanos fueron enviados a un prestigioso internado, en donde recibirían una muy buena educación.
Hans en su autobiografía menciona:
«Gran parte de mi éxito se lo debo a mis tíos, ya que nos enseñaron a mis hermanos y a mi a ser autosuficientes desde una muy temprana edad, y gracias a ellos adquirí el hábito de cuidar mis posesiones».
Hans destacó en varias materias, principalmente en lenguas, esto lo alentó a viajar y trabajar en diferentes países. Uno de sus primeros trabajos fue como aprendiz en una compañía exportadora de perlas. Allí obtuvo valiosas experiencias, las cuales jugaron un importante papel en sus futuros negocios.
A sus 19 años, Hans se mudó a La Chaux-de-Fonds donde comenzó a trabajar en la relojería Cuno Korten, que en aquella época era la exportadora de relojes más grande del país. Dicha experiencia fue muy valiosa para Hans ya que adquirió un gran conocimiento sobre el negocio de los relojes y obtuvo valiosos contactos de las personas más influyentes de la industria.
Fue aquí donde conoció a Hermann Aegler. Quien era dueño de un taller de relojes en Suiza y más adelante sería clave en el desarrollo de Rolex.
En 1903 se mudó a Londres donde trabajó para otra empresa de relojes. Unos años más tarde conocería a Alfred Davis y con sus ahorros fundaron en 1905 Wilsdorf & Davis. El objetivo principal de la empresa era ofrecer relojes de calidad a precios razonables. Por lo que comenzaron a importar relojes y venderlos a minoristas.
La Lucha
Durante la primer década de 1900, los relojes de pulsera no eran muy utilizados, ya que se consideraban endebles y poco duraderos, por lo que eran destinados únicamente para las mujeres. La gente de clase alta de la época prefería usar relojes de bolsillo ya que a su parecer eran más duraderos, pudiendo heredarse de generación en generación, permaneciéndo en excelente estado. Hans creía que los relojes de pulsera tenían un mayor potencial ya que resultaban más cómodos, por lo que dedicaría su vida a popularizarlos.
Hans escribió:
«Mi opinión personal es que los relojes de bolsillo desaparecerán casi por completo y serán reemplazados por los relojes de pulsera. No me equivoco en lo que digo y verán que estoy en lo cierto».
Hans recordó que cuando trabajaba en Suiza, la compañía de Hermann Aegler, había comenzado a fabricar relojes de pulsera de gran calidad y con piezas más pequeñas, por lo que resultaban más cómodos de utilizar. Tan pronto como pudo viajó a Suiza para realizar su primera orden, recibían las piezas y ellos mismos armaban los relojes.
Poco a poco, al ver la calidad de los relojes de pulsera Rolex, los hombres cambiaron de parecer y dichos relojes dejaron de ser exclusivos para mujeres. Hans había logrado popularizar los relojes de pulsera tal y como había asegurado.
El Momento Decisivo
Hans que tenía una muy buena visión de marketing quería que aquellos relojes se asociaran con su empresa y no con los minoristas que los estaban vendiendo. Para ello se dió cuenta que necesitaba crear una marca y más importante aún, una imagen para esa marca.
La idea era que el nombre de la empresa fuera fácil de recordar y pronunciar para todo el mundo. Hans contó
«Probé a combinar las letras del alfabeto de todas las maneras posibles. Esto me dió cientos de nombres pero ninguno de ellos se sentía bien. Una mañana sentado en la cubierta superior de un carruaje que me conducía a lo largo de Cheapside, en la ciudad de Londres, un genio me susurró al oído: «Rolex».»
Rolex, un nombre fantástico, ya que además de ser fácil de recordar y pronunciar era corto, por lo que podría grabarlo en sus relojes.
Es así como en 1908, Wilsdorf & Davis registrarían la marca «Rolex» de forma oficial en Suiza. Y desde ese momento, los relojes de lujo comenzarían a asociarse con la marca Rolex.
Más tarde en 1910, Rolex obtuve el certificado de alta precisión, el cual era otorgado por la oficina de control de funcionamiento de relojes de Bienne. Convirtiéndose en la primer empresa fabricante de relojes en recibirlo. Para este momento Rolex crecía a pasos agigantados y ya contaba con 40 empleados.
El punto más alto de los relojes Rolex llegaría junto con la Primera Guerra Mundial. Consolidándose como accesorios válidos también para el público masculino. Los relojes de bolsillo resultaban incómodos para los soldados, por lo que comenzaron a incorporar relojes Rolex a su equipamiento.
Esto sirvió para demostrar a quienes aún eran escépticos, que los relojes Rolex eran resistentes y duraderos. De esta manera Rolex se convirtió en la definición de precisión y calidad en el mundo de los relojes.
Pero no todo serían buenas noticias para la empresa, ya que años más tarde, durante la Primera Guerra Mundial el gobierno británico aumentó las tasas aduaneras un 33%, aumentando en gran medida sus costos. Fue así como en 1919 decidieron trasladar la sede a Suiza, sitio en el que hasta el día de hoy se encuentra su sede. Esto terminó siendo beneficioso para la empresa ya que pudieron mejorar su relación con su principal proveedor.
Estrategia
La visión de Hans para Rolex fue simple y elaborada al mismo tiempo. Hans quería demostrar que sus relojes eran capaces de resistir en cualquier lugar del planeta y de sobrevivir a lo largo del tiempo.
Fue así como en 1926, Rolex creó el primer reloj de pulsera a prueba de agua, el Rolex Oyster. En un principio comenzaron ofreciéndolo en distribuidores pequeños de cada ciudad.
A cada uno de estos distribuidores se les proporcionaba un pequeño acuario con plantas marinas y un pez dorado nadando alrededor del reloj de pulsera Rolex Oyster. Todos quedaron asombrados al ver este nuevo e innovador producto!
Sin embargo, esa estrategia no mostraba el verdadero potencial del reloj, ya que permanecía inmóvil en el acuario. No fue hasta que Hans conoció la historia de una joven nadadora, Mercedes Gleitze, quien había conseguido cruzar el Canal de la Mancha. Pero la prensa y la sociedad de la época puso en duda si la joven realmente había realizado dicha hazaña.
Debido a estos rumores, Mercedes decidió volver a cruzar el Canal de la Mancha. Hans vió el revuelo que se estaba armando y vió en esto la oportunidad perfecta para promocionar su reloj. Por lo que le ofreció a la joven llevar un Rolex Oyster colgado en su cuello durante la travesía.
A pesar de que Mercedes no logró cruzar el Canal debido a las bajas temperaturas, tras 10 horas en el agua, Mercedes salió y para sorpresa de todos el Rolex Oyster funcionaba perfectamente. La prensa se hizo eco de esto y al otro día el Rolex Oyster estaba en la tapa de todos los periódicos. Finalmente el público comenzaba a reconocer a Rolex como un sinónimo de calidad y resistencia.
Pese al éxito, Rolex no se detuvo ahí, y siguió involucrándose en otras hazañas. Los primeros en volar sobre el Monte Everest estaban equipados con un Rolex Oyster, y pese a las bajas temperaturas y la gran altitud, el reloj seguía funcionando perfectamente.
Luego se aliaron con Malcolm Campbell, conocido como «el rey de la velocidad», y mientras usaba un reloj Rolex Oyster superó por primera vez las 300 millas por hora al volante de su «Blue Bird».
En este punto ya estaba claro que los relojes Rolex no eran sólo sinónimo de precisión, sino también de calidad y durabilidad.
Otro mercado
Para llegar a otros tipos de clientes, en 1946 Rolex creó una submarca de relojes llamada Tudor. Esta ofrecía relojes de alta calidad tal y como se caracterizaba la marca, pero a precios realmente bajos.
Desafortunadamente, Hans falleció en Ginebra, Suiza, el 6 de Julio de 1960. Tras su muerte la empresa pasó por una de las peores crisis de la historia. En la década de los 70 se popularizaron los relojes de cuarzo, los cuales eran mucho más precisos y funcionaban con batería, por si fuera poco, su producción era muy económica reduciendo el precio final.
Estos relojes económicos, los cuales eran fabricados principalmente en China y Estados Unidos estaban cambiando la industria. Tal es así, que para 1983, 2 de cada 3 empresas de relojes habían cerrado.
Para dar cara ante esta crisis, Rolex decidió apoyarse en su reconocida marca, así fue como decidieron potenciar su imagen. No importaba que sus relojes fueran menos precisos, el proceso de fabricación de un Rolex es una tarea tediosa. Cada reloj está fabricado a mano y lleva cerca de un año su construcción.
Además la producción de cada reloj era 100% hecha por la empresa, no subcontrataba como otras empresas. De esta manera podían controlar la calidad de su producto. Es así como Rolex vende verdaderas piezas de arte, contra las que ninguna marca puede competir.
Gracias a su reputación y trabajo, la empresa logró superar la crisis, y a día de hoy es sin lugar a dudas la empresa de relojes de lujo más importante en todo el mundo.
A lo largo de los años, Rolex ha estado presente en eventos deportivos, como el tenis, golf y Formula 1. Además los relojes Rolex pueden ser vistos en las muñecas de incontables famosos y figuras públicas.
A día de hoy, la corona de Rolex es vista como sinónimo de lujo, innovación y prestigio.
Lecciones
Veamos entonces cuales son las lecciones principales que podemos obtener de esta inspiradora historia.
La primera lección es la experiencia. Antes de lanzarse como emprendedor es importante conocer bien el sector tal y como hizo Hans, antes de lanzar su propia negocio trabajó en algunas relojerías donde aprendió todo sobre la relojería. Desde que piezas son necesarias hasta como armar un reloj.
Esto es importante para cualquier emprendedor y donde muchos jovenes emprendedores fallan, antes de iniciar nuestro propio negocio debemos conocer bien el sector, la experiencia nos ayudará a resolver problemas que puedan surgir de forma más sencilla.
La lección número dos es rodearse de contactos. Esta lección en gran parte está ligada a la anterior, ya que Hans al trabajar en varias relojerías conoció personas que a futuro le serían de gran ayuda para crecer su negocio. Siempre es bueno rodearse de gente que sepa más que nosotros, ya que de esta manera podemos aprender aún más y nos pueden brindar consejos.
La tercera lección es la innovación y perseverancia de Hans. Pese a que todos pensaban que los relojes de pulsera no tendrían éxito el confió en su instinto. Otro aspecto importante en el éxito de Rolex fue la innovación, ya que lanzaron al mercado productos que para la época eran inpensados, como el reloj hermético.
También supo como promocionar el producto aprovechándose de los momentos. Fue un gran innovador en términos de marketing al utilizar a personas destacadas para promocionar sus productos.
Cómo última lección debemos destacar que Hans creó una marca con una fuerte imagen. En esa época ya existían una gran cantidad de marcas fabricantes de relojes. Para sobresalir supo que necesitaría que la marca sea sinónimo de calidad y elegancia. Y eso es justamente lo que hizo, demostró que sus relojes eran diferentes al resto. Además utilizó un nombre corto, fácil de pronunciar en cualquier idioma y fácil de recordar.
Estas fueron las principales razones del éxito de Rolex, una empresa con más de 100 años y que a día de hoy continúa siendo una de las empresas de relojes de lujo más reconocidas.
Fuente: wikipedia.org/wiki/Hans_Wilsdorf